El exceso de calor puede pasar factura a tu coche
1. El sistema de frenado es uno de los elementos que más sufre con las altas temperaturas, ya que las pastillas, al actuar por fricción (sobre el disco de freno o tambor), están expuestas constantemente al efecto calorífico. Asimismo, los discos pueden combarse, bien por el calor que genera la presión y el rozamiento de las pastillas o bien por la temperatura exterior, llegando incluso a afectar a los latiguillos de freno.
2. Otros de los elementos del vehículo que más sufre con el calor son los neumáticos: según el tipo de neumático hay que tener unas precauciones u otras, prestando mucha atención a la presión, así como a los tiempos de circulación de los mismos realizando paradas periódicas.
3. En este sentido, el calor afecta principalmente al radiador, precisamente porque se encarga de refrigerar el motor del vehículo, por lo que es fundamental chequear los niveles de líquido refrigerante, analizar su estado y comprobar que no tenga materiales sólidos en suspensión (como tierra y demás materiales que se pudieran solidificar con los cambios de temperatura).
4. Es imprescindible revisar el nivel de líquidos del vehículo, que puede verse seriamente afectados si el coche sufre una larga exposición a un calor extremo: líquido de frenos, limpiaparabrisas o líquido de servodirección mecánica para aquellos que dispongan de ella.
5. El habitáculo también puede suponer un problema en verano: debemos extremar la precaución con los efectos personales que puedan reaccionar con el calor evitando dejar mecheros, perfumes, espejos o cualquier elemento inflamable, ya que podrían causar daños tanto en el interior del vehículo como llegar a afectar al exterior del mismo.
6. Cuidado con los racores, retenes del radiador, condensador e intercooler ya que, si sufrieran un calor extremo, podrían llegar a modificar su comportamiento y su funcionamiento, debiéndose entonces sustituir por otros nuevos.
Una vez repasados todos los elementos de nuestro vehículo que sufren con el calor, recomendamos aparcar el coche en interior y, si no es posible, dejarlo a la sombra o en una zona fresca.