La movilidad eléctrica está actualmente en boca de todos, gracias en buena medida a iniciativas públicas de carsharing que han contribuido a poner estos coches en valor, demostrando que son una solución muy práctica de movilidad urbana. De hecho, según datos del sector, sus ventas crecieron más de un 50% en lo que llevamos de año; pero… ¿se conducen igual que los de combustión tradicional? Ganvam (Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios)
¿Se conduce igual un coche eléctrico que uno tradicional? Diferencias
La aceleración cambia
Hay que tener en cuenta que los eléctricos no tienen ni caja de cambios ni embrague y por tanto, se conducen como un coche automático. Sin embargo, cuidado, porque la fuerza inicial es instantánea y en consecuencia la aceleración es mayor que en un vehículo de combustión tradicional, lo que hace que vayan a máxima potencia partiendo desde cero revoluciones. Por esta razón, hay que conducir con suavidad, sobre todo en los primeros metros de trayecto, acelerando de forma suave y progresiva.
La desaceleración es el nuevo freno
Los últimos modelos de eléctricos vienen equipados con un sistema de recuperación de energía que recarga parcialmente las baterías al soltar ligeramente el acelerador, con lo que la velocidad se reduce en el momento que se levanta el pie del acelerador. Si estuviéramos en un coche convencional, esta acción sería el equivalente a pisar con suavidad el freno.
Cuidado con la calefacción o el climatizador
En un coche de combustión tradicional, se recomienda llevar una temperatura que no supere los 22 grados para no aumentar el consumo de combustible. En el caso del eléctrico, hay que tener en cuenta que la autonomía del vehículo se puede ver afectada dependiendo de la conducción y del uso de calefacción o climatizador, para que estos afecten lo menos posible a la autonomía se recomienda utilizar los sistemas automáticos de conexión. De esta forma, cuando se vaya a usar el coche estará ya a la temperatura adecuada y el climatizador sólo tendrá que mantenerla.
Sin planificación, no hay viaje
En última instancia, la autonomía de los vehículos eléctricos es inferior a la de un vehículo tradicional y requiere de una planificación anticipada de las rutas así como a tener en cuenta los puntos de recarga para aprovechar al máximo las cargas adicionales que se puedan realizar durante el día.
La movilidad eléctrica está actualmente en boca de todos, gracias en buena medida a iniciativas públicas de carsharing que han contribuido a poner estos coches en valor, demostrando que son una solución muy práctica de movilidad urbana. De hecho, según datos del sector, sus ventas crecieron más de un 50% en lo que llevamos de año; pero… ¿se conducen igual que los de combustión tradicional? Ganvam (Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios)
La aceleración cambia
Hay que tener en cuenta que los eléctricos no tienen ni caja de cambios ni embrague y por tanto, se conducen como un coche automático. Sin embargo, cuidado, porque la fuerza inicial es instantánea y en consecuencia la aceleración es mayor que en un vehículo de combustión tradicional, lo que hace que vayan a máxima potencia partiendo desde cero revoluciones. Por esta razón, hay que conducir con suavidad, sobre todo en los primeros metros de trayecto, acelerando de forma suave y progresiva.
La desaceleración es el nuevo freno
Los últimos modelos de eléctricos vienen equipados con un sistema de recuperación de energía que recarga parcialmente las baterías al soltar ligeramente el acelerador, con lo que la velocidad se reduce en el momento que se levanta el pie del acelerador. Si estuviéramos en un coche convencional, esta acción sería el equivalente a pisar con suavidad el freno.
Cuidado con la calefacción o el climatizador
En un coche de combustión tradicional, se recomienda llevar una temperatura que no supere los 22 grados para no aumentar el consumo de combustible. En el caso del eléctrico, hay que tener en cuenta que la autonomía del vehículo se puede ver afectada dependiendo de la conducción y del uso de calefacción o climatizador, para que estos afecten lo menos posible a la autonomía se recomienda utilizar los sistemas automáticos de conexión. De esta forma, cuando se vaya a usar el coche estará ya a la temperatura adecuada y el climatizador sólo tendrá que mantenerla.
Sin planificación, no hay viaje
En última instancia, la autonomía de los vehículos eléctricos es inferior a la de un vehículo tradicional y requiere de una planificación anticipada de las rutas así como a tener en cuenta los puntos de recarga para aprovechar al máximo las cargas adicionales que se puedan realizar durante el día.